
De viaje por Pinsk (Пинск), la ciudad más bella de Bielorrusia
A veces, cuando buscamos destinos famosos y recurrentes obviamos otros no tan importantes y desestimamos muchas veces el impacto que pueda tener en nuestra alma viajera.
Así me acaba de suceder con la ciudad de Pinsk, en Bielorrusia. Le conocí casi por accidente y resultó ser mi favorita en ese país.
¿Puedo confesarte algo? Cuando un pasaporte cubano pasa por cualquier Check-in es como si la peste o la lepra hiciera su acto de presencia. No todos, pero la mayoría demudan su rostro y la energía cambia por completo. Lo peor es que no solo “disfrutas” del aire hostil, sino que algunos servicios y privilegios normales para cualquier viajero dejan de estar a tu alcance.
Lo menos que deseo ahora mismo es discutir sobre las razones de esto. Pero me sucedió un par de veces en este viaje: en el aeropuerto Sheremetyevo al salir de Moscú hacia Minsk, y en Minsk, al intentar reservar a Brest.
Las 2 atracciones eran Minsk y Brest. Ya casi tenía el pasaje listo para la segunda. Cuando mostré mi pasaporte cubano, hasta ahí las clases. -Lo siento, ud. no puede viajar a Brest. Me informó la chica. No le entendí, pensé que lo había dejado en Cuba… Uhm, ¿cómo es posible? Brest representa el centro turístico de Bielorrusia, el Último Bastión, como me lo han querido vender. Luego, en la famosa Estación de Brest, mientras jugaba en mi mente al ver los trenes internacionales (el que estaba frente a mí cubría la ruta San Petersburgo-Madrid) pude suponer por qué le impedían a este cubano acercarse a la última frontera. Soñaba como serían los polacos, los alemanes, los franceses…

Venga, esos pensamientos fueron dos días después. Volvamos a la realidad.
Abro el Yandex Map para re-elaborar un destino y ahí estaba Pinsk; con su nombre de río y en la misma ruta hacia Brest. Uhm, no pude mezclar el deseo sincero de conocerle con la picaresca sonrisa de una idea. Jeje, Ya nos veremos las caras, Brest; decía en mi orgullo balzaciano de Rastignac vindicatorio.

Viajar a Pinsk entre atardeceres
Atardece en esta región y nuestro tren arriba a Pinsk. Las ansias de calles no se hacen esperar. Una vez más me llama la atención los nombres de las calles en dos idiomas, como lo veía en Minsk. Es raro verlas con doble nomenclatura; tanto más, cuando son idiomas en principio tan similares.




Me gustan las urbes con pocos edificios altos, o que estén organizados por barrios que demarcan las diferencias respetando, a su vez, la armonía con arquitecturas anteriores. Tal vez sea poco postmodernista, pero ese caos sin gusto donde los edificios se alzan por cualquier parte sin equilibrio con la vieja cultura es una pena. Puede que haya sido su armonía, lo que más me agradó de San Petersburgo. Acá se siente un aire similar; aunque no sea regido por la misma ley.
Si quieres saber por qué San Petersburgo es así, puedes leer las 58 Curiosidades de San Petersburgo que te dejarán sorprendid@.
Pinsk es una pequeña ciudad europea bautizada por el río que le da nombre; al igual que Moscow, y muchas otras. Su arquitectura es comedida y agradable. Sus límites culturales están bien marcados por el ritmo de sus habitantes.
Se encuentra al sur de Bielorrusia y su gente es la mejor que he conocido en todo mi SlowTravel ruso. No es que tenga grandes atracciones, pero su belleza citadina sí es magnífica.

Caminar por su gran calle boulevard, visitar la plaza de Lenin o sentarse a orillas del río es un encanto que no te puedes perder. Yo, por desgracia, tenía otro destino en mente que me obligaba a mantenerme en la ruta. Solo pude verla por un día. Sé que me alejaré de ella con la deuda de reencontrarnos.

Al atardecer ya regresaba a la Estación de Trenes con la intención de llegar a Brest, mi último bastión bielorruso.

Despedida Pinskaya
Atardece. Aquí estoy, en la estación de trenes de Pinsk (Пинск Вокзал). Ahora se presenta el reto más grande de este viaje bielorruso: llegar a Brest. Y vino de la mano junto a un milagro de esos a la onda de películas biográficas sobre la guerra, donde los protagonistas escapan en las narices de la gestapo. O como aquella de unos niños escapando en medio de la masacre.
Varias razones me impelen a conocer Brest. La mayor de ellas es el pecado irremediable de viajar a Bielorrusia sin visitar Brest. Esta región es el destino Top imperdible de este país (aunque varios me dijeron que es solo fama). Sin embargo, sea como sea, tengo ese gran desafío: los viajeros cubanos no pueden entrar a Brest. Uhm. Vaya chiste. Le pido a Dios con todas mis fuerzas y entonces se hace el divertido milagro.
¿Cómo reservar en la ventanilla, si con solo mostrar mi pasaporte sería denegado? Tampoco puedo arriesgarme a reservar online en el sitio de los trenes bielorrusos como lo había hecho en la capital. Apenas mostrara mi pasaporte para abordar a mi vagón se armaría el jaleo.
¡Joder! Para colmo de males no sé que sistema de trabajo tienen estos policías, pero los mismos que deambulaban por la estación anoche, son los que aún se encuentran de servicio. Me miran, me miran, me miran… Ahora siento que soy el corazón de Poe debajo de las tablas.
Lo menos que tengo ganas de escribir en estos momentos, pero saco mi Macbook para disimular y, por qué no, liberar el estrés de las miradas. También me fijo en la web de RussianTrain, muchos trenes van en esa dirección.
¿Qué hago?
Pues te regalo el testimonio de la Gracia de Dios esa tarde conmigo y mis deseos de viajar. Casi fue una broma de esas que te dejan loco.
Para abordar los grandes trenes (como el Transiberiano) necesitas tu pasaporte. Sin embargo, me di cuenta la noche antes y hoy, que algunos trenes locales son más fáciles de reservar. No necesitas de esos grandes boletos ni de los protocolos de andén para subir a tu vagón.
Montar a uno de esos trenes baratos era la posible solución a mi problema…; y lo fue.
Pero, ¿cómo reservarlo? Necesito subir a ese tren sin tener que mostrar mi pasaporte.
¡Eureka! Justo frente a mí veo una máquina electrónica expendedora de boletos en una esquina que podría tirarme el cabo. Momentos antes veía a los viajeros locales obtener sus tickets desde aquel equipo. Y por lo visto, es un boletín minúsculo; sin el protocolo que necesito evitar.
Me acerco. Es un procedimiento simple, mas no funciona conmigo. Intento una y otra vez, pero nada ocurre. Procesa todo bien, sin embargo, a la hora de pagar rechaza mi tarjeta Mastercard emitida por el Sberbank ruso. No puede ser, los bancos rusos funcionan muy bien acá. ¿Qué podrá ser? El tablero está en Inglés, no hay confusión. Deambulan mis pensamientos cuando una mano se posa en mi hombro.
-Всё хорошо? (¿Todo bien?)
¡Joder! Los dos policías han venido a por mí.
Son un dúo algo extraño. El más cercano y extrovertido no sabe mucho de Inglés; mientras el alejado y casi mudo domina bien esa lengua. Vaya gracia, uno quiere ser amistoso pero no puede comunicarse; el otro sabe, pero es un pedazo de bisonte europeo…
¡Qué cosa!
-Эта машина не работа (esta máquina no trabaja). -Y comencé una conversación super amigable en mal ruso, inglés, español-. Mi tarjeta de Sberbank funciona bien acá en Bielorrusia, es la primera vez que falla… Soy Mochilero… Deseo llegar a Brest.
Wow! Esas son las maravillas de la comunicación internacional. Yo balbuceaba palabras trilingües y ellos entendían aquello que yo no estaba seguro que decía.
Podemos bautizarlo como un trabalenguas Pinskayo. ¡Jajaja!
Así las cosas, mis querid@s sobrin@s. Al ver que no me querían descuartizar, reanudé la conversación. (Por favor, sean comprensivos, usé cuanta palabra tenía a mi alcance, sin importar barreras lingüísticas).
Por favor, soy mochilero cubano, ando de viajes. Me han dicho que Brest es la ciudad más linda de Bielorrusia. ¿Me pueden ayudar? Esta máquina no quiere trabajar, acaso puedan sacarme el Ticket y yo les doy el importe en efectivo. Intentaron ayudarme en el proceso, pero no funcionó.
-No podemos hacer eso, pero ven, te ayudaremos por las ventanillas.
¡Joooder!
-Jeje, muchas gracias -de esta forma me dirigía con ellos de oveja sonriente al matadero.
En silencio oraba A GRITOS: !Señor sálvame de esta! Y mi sonrisa confiada y tranquila hacía gala del Teatro Balchoy de Moscú (Театр Большой). Me acordé de Pessoa, Lorca, Alighieri, Brecht; y hasta de las Comedias Humanas de Balzac y los padres ingleses.
Dios es grande.
El tren estaba a punto de llegar. Se había formado una cola de extranjeros en los ventanillos. A mi lado, los queridos amigos en uniforme “alegraban” mi charla sobre la belleza inigualable de Pinks como la mejor del país -Brest es pura fama; solo eso. Ya lo verás. Sentenciaba el más elocuente de los jóvenes.
Recordaba historias fílmicas como los biográficos de las grandes guerras, los niños del tren, la maestra alemana sacando niños judíos en las narices de la gestapo, los pequeños que cruzaron frontera con otra maestra que terminó en aquel acto suicida para que ellos pudieran cruzar desapercibidos, el pianista polaco que vivió en el ático alimentado por un oficial alemán…
Nos acercábamos al ventanillo.
De repente, la directora de turno salió malhumorada por la cola. Los oficiales le hablaron de mí. -¿Tienes el dinero en efectivo? -me preguntó.
-Да! Respondí casi en alta voz.
-Следуйте (Sígueme).
Me llevó a otra máquina que no había distinguido. De las que les puedes introducir el importe en efectivo, y… ¡Bingo! Tenía mi boleto a Brest sin mostrar el azulito pasaporte cubano.
¡Uff! Debo hacer énfasis en que nunca suspendí mi agradable sonrisa y descriptiva conversación.
Los chicos me contaron que trabajan por turnos de 48 horas, por eso me habían visto la tarde anterior. Que habían escuchado de Cuba, que eramos amigos, que Pinsk era lo máximo (esto lo recalcó varias veces el muchacho extrovertido), que no podían tomarse fotos conmigo porque no tenían nasobuco y eso les podría traer problemas, que alguna vez vendrían a Cuba y que leerían las páginas sobre mis andanzas bielorrusas… Sé que esto último lo dicen tod@s, pero una vez más me sentí mejor que en Moscow, la tierra de fríos semblantes.
Estuvieron conmigo hasta que me marché. Puede que por escoltar a este loco mochilero que duerme en una estación de trenes, y estar seguros de su retirada; pero por primera vez en 4 meses alguien me despidió en alguna de mis subidas ferroviarias.
¿Qué piensas sobre esto? Algunos prefieren no despedirse para evitar el dolor, o la cursilería. Es más fácil. Pero, por momentos, siento la necesidad de ver una figura que se aleja…
Bueno, bueno.
Sobre las 9 de la noche entrábamos a la estación de trenes más famosa de Eurasia: Brest bielorruso.

¡Dios te bendiga en todos los imprevistos!
Algunas fotos Pinsk Bielorrusia










18 Comentarios
Marcell
I like your post. It´s something more to read but with kind words. Keep well.
Lucioviajero
Thanks a lot, Marcell. I try to do my best for you.
Take care you.
Miriam
Lucio es asombrosa esa ciudad.
ME encanta como escribes sobre ella como si le amaras o le conocieras de siempre y solo estás de paso.
Creo que eres muy recepptivo y suspicaz.
Gracias por escribir.
Lucioviajero
Miriam, nuestras búsquedas se mantienen siempre entre las dudas y los hallazgos. No hay manera de sobrevivir sin eso. Por mi parte, lástima no pueda viajar más. Pinsk es solo una de las miles de ciudades que desearía conocer.
Guau, me elogias con esas palabras. No pienso sea tanto. Ojalá pudiese escribir mejor y completar las imágenes que muchas veces tengo en mi cabeza sin las palabras adecuadas para mostrarlas.
Muchos cariños.
Amanda
Escribes super lindo Excelente post!!! Gracias por las maravillas que relatas
ganas mías
Lucioviajero
Hola, Amanda, Espero que lo de las ganas que mencionas sean solo momentáneas y te lances a lo que sea que te agrade hacer. Es reconfortante caminar sobre los hilos de nuestra espiritualidad. Lo triste es cuando sentimos que perdemos el tiempo y no avanzamos un solo paso hacia nuestra realización.
Gracias a ti por leerme.
Abrazos con sabor a Caribe.
Augusto
EStuve en pinsk hace 15 años y es bella pequeña pero bella.
Me alegra que hayas podido conocerla.
Por mi parte te recomiendo Gomel. Te lo digo por si vuelves a Bielorrusia alguna otra vez.
No te detengas caminante
Lucioviajero
Sí que es bella esa ciiudad. Lo que más me agrada es su ecuanimidad. No sé si me entiendes. Me faltaron dos ciudades importantes que visitar si pudiese regresar a Bielorrusia. Intento no detenerme, pero es algo difícil desde las calles de Cuba. Me recordaste el versos de Antonio Machado… Cuidaos bien. Tampoco dejes de caminar tus sueños, Augusto.
Abrazos mochileros.
Anderson
Luciano suerte de salirte bien el chiste en la estación de trenes. Cómo hubiese sido de lo contrario? Creo que te arriesgas demasiado al intentar llegar a lugares que nopuedes ir.
Saludos de buena gana colega.
Lucioviajero
Hola, Anderson. Lo peor que hubiese sucedido es que me mandaran en el tren contrario a Minsk y nada más. De todas formas, ¿quién decide cuál ciudad se puede visitar y cuál no? Creo que es un poco arbitrario eso. De todas formas, Dios sabe…
Saludos cariñosos para ti, hermano.
Regal
Besting.. Great post.
Lucioviajero
Thanks, Regal. I´m glad to hear you.
Bayram
This is a good post, Luciano. I was ther twice… Pinsk is awsome.
Lucioviajero
Yes, it´s. Thanks Bayram. I wish to be there right now, Jajaja.
Grettings.
Kalin
I like it bro Pinsk is very good
I went on 2010
Nice
Lucioviajero
Yes it is, Kalin. Take care you.
Zafer
Great city luciano, small but great.
Lucioviajero
Yes, it is. Mr. Zafer. Glad to meet you.